Buena práctica: “EL CAPITÁN COCINILLAS MASCA PATATAS”
Durante el confinamiento el niño de esta familia inventó y creó su propio personaje y sus propias aventuras que plasmaba en papel. Inicialmente, ilustró, escribió, fotocopió y maquetó 5 ejemplares, para distribuir en el vecindario, y cada vez que recibía una respuesta con comentarios su cara se iluminaba. Viendo la buena acogida que tuvo, empezaron a hacer entregas semanales entre sus vecinos, las respuestas de los vecinos le animaban a seguir inventando historias. En papel el número de personas al que lo podían hacer llegar era pequeño, por lo que decidieron digitalizar los comics y los mandaban por WhatsApp a amigos y familiares.
Cada mensaje recibido era un contacto, aunque sea virtual con las personas que forman parte de su vida.
Gracias a esta iniciativa, ha adquirido habilidades de escritura, dibujo, paginación, dimensión, narración, expresión oral y ha podido estar en contacto con sus seres queridos durante el confinamiento.
Buena práctica: “VIAJANDO CONFINADOS”
Este matrimonio vio la necesidad de establecer horarios y rutinas durante el confinamiento para evitar alteraciones del sueño, rabietas o cambios de humor de su hija de 4 años.
Hicieron manualidades, experimentos, cocinaron, pero la niña seguía sin poder calmar su espíritu viajero.
Decidieron todos los días a través de Google Earth y Google Street View, ir a diferentes lugares del mundo desde la Estatua de la Libertad a la Alhambra de Granada o al Museo de Bellas Artes de Vitoria.
La experiencia ha sido tan satisfactoria que siguen haciendo estos viajes virtuales después del confinamiento.